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domingo, 9 de octubre de 2016

CÓMO PREVENIR EL DETERIORO COGNITIVO LEVE

Tratamiento del deterioro cognitivo leve
Como se trata de un proceso neurodegenerativo, es decir, claramente ligado al envejecimiento aunque por encima de lo esperable, no existe un tratamiento o una terapia que impida la aparición del deterioro cognitivo leve o que solucione el problema cuando se detecta. Pero sí se dispone de una serie de medidas que permitirán reducir al mínimo sus consecuencias y facilitar a la persona que lo sufre y a su entorno una vida razonable adaptándose de manera constante.





Tratamiento no farmacológico del deterioro cognitivo leve
En este sentido, el nivel educativo y cultural pueden ejercer cierto papel protector de cara al desarrollo de la enfermedad. Por tanto, mediante ejercicios de estimulación cognitiva se tratará de compensar la pérdida de memoria y de otras funciones. Se estimulará la reserva cognitiva. Es una gimnasia del cerebro, y se puede ejercitar mediante la realización de crucigramas, sopas de letras, juegos de atención, iniciación al ordenador… En definitiva se trata de evitar el desuso mental.
También consiste en modificar, si es preciso, algunos estilos de vida que se adoptan a esta edad. Así, se debe animar a la realización de ejercicio físico adaptado a sus capacidades hecho que también permitirá evitar caídas y traumatismos asociados a esto.
La dieta también puede ser de gran ayuda en la prevención del desarrollo posterior demencia, mediante una dieta mediterránea que aporte efectos antioxidantes con fruta y verdura, ácidos grasos omega 3  del aceite de oliva y pescados, garantizando además el control de los factores de riesgo cardiovascular. Para estos se deben seguir los controles médicos oportunos y cumplir las prescripciones del médico. Una vez más se aconsejará el cese del tabaco en el caso de que se tenga el hábito.
Es de vital importancia de cara a tratar y anticiparse al deterioro cognitivo leve insistir en que nuestros mayores mantengan una relación con otras personas, se les anime a revisar fotografías que permitan recordar hechos o familiares, y conservar el contacto además con la realidad en la que viven mediante prensa escrita o televisión. La soledad y el aislamiento van a ser factores que favorecen la progresión y el desarrollo de una demencia.
Tratamiento farmacológico del deterioro cognitivo leve
No existen fármacos que solucionen totalmente el deterioro cognitivo leve, aunque algunos han demostrado un retraso en la progresión de los síntomas, efectos protectores para el envejecimiento cognitivo y vascular, y otros se mantienen en investigación.
Actualmente podemos decir que la gran mayoría de los medicamentos que se emplean en la enfermedad de Alzheimer (Donezepilo, Rivastigmina, Memantina) no aportan beneficios significativos para el deterioro cognitivo leve a medio o largo plazo, si bien al inicio puede observarse una disminución del riesgo de progresión.
Otros productos como el gingko biloba, la bacopa, los ácidos grasos omega 3 o la fosfatidilserina presentan un beneficio mayor de manera combinada, sobre todo como protectores de la degeneración neurológica y cierto papel protector a nivel de las arterias cerebrales. En algunos casos donde es evidente la arterioesclerosis cerebral parece jugar un papel beneficioso el empleo de vasodilatadores como el nimodipino, aunque con precaución por el riesgo de bajadas de tensión o cefaleas.

Cómo prevenir el deterioro cognitivo leve

Aunque el envejecimiento es un hecho inevitable que conlleva una serie de limitaciones o pérdida de capacidades, podemos encontrar recursos para intentar minimizarlas o compensar o prevenir el deterioro cognitivo leve. Esto lo podremos conseguir fundamentalmente atendiendo a los factores de riesgo que facilitan su aparición.
Llevar a cabo una vida saludable es un pilar fundamental para conseguir envejecer física y mentalmente de manera óptima. Así, debemos intentar seguir una dieta mediterránea, pues hay evidencia suficiente como para demostrar los beneficios que aporta tanto al cuerpo como a la mente. El hecho de suplementar  mediante los alimentos las vitaminas, minerales y antioxidantes que nos aporta este tipo de dieta es básico para conseguir mantener unas capacidades físicas y cognitivas dentro de los límites normales.





El control de los factores de riesgo cardiovascular es otra pieza indispensable para este fin, ya que el envejecimiento hace aumentar la prevalencia de la hipertensión, la diabetes, la hipercolesterolemia, y además por distintos motivos se suele asociar una disminución de la actividad física. Deben ser eliminados tanto el tabaco como el alcohol. Conseguir el control de estos factores mediante la dieta y el ejercicio físico adaptado a la etapa vital  del anciano hará mantener unos niveles óptimos de salud mental. Caminar al aire libre aportará, no sólo la actividad física deseable, sino permitirá la relación interpersonal entre nuestros mayores con su entorno más cotidiano.
En el entorno familiar es crucial la adaptación de todos los miembros que comprendan, apoyen y estimulen a la persona mayor para una vivencia adecuada a los cambios vitales que acontecen. Será importante evitar reproches, mantener la confianza en las funciones otorgadas al anciano (tareas domésticas, manejo de dinero para pequeñas compras, etcétera), iniciar conversaciones que recuerden hechos recientes de cara a reforzar la memoria episódica, repasar fotografías de hechos o personas para avivar el recuerdo y otras acciones similares.
Igualmente, se debe estimular la relación social del anciano con la familia y amigos, fomentar sus aficiones y sus hobbies, y mantener el contacto con la realidad mediante la prensa escrita y audiovisual. Se trata en todo caso de evitar el aislamiento.

Desde el punto de vista profesional, en numerosos trabajos se han estudiado mecanismos de intervención cognitiva con el fin de estimular la reserva cognitiva mediante ejercicios o gimnasia mental. Aunque se puede entrenar de una manera muy doméstica, mediante crucigramas, sopas de letras, lecturas sencillas…, a nivel terapéutico existen numerosos ejercicios y talleres con profesionales (terapia ocupacional) a disposición de los mayores para hacer uso de las facultades mentales de manera continuada y evitar, no sólo la pérdida de memoria, sino la evolución a un proceso más grave e irreversible como es la demencia.

Artículo extractado de Webconsultas, del Dr.José Antonio Nuevo

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