CARDO MARIANO: LA SALUD DE NUESTRO HÍGADO Y MÁS
Uno de los mejores
aliados de la salud de nuestro hígado es un cardo de enormes proporciones, el
conocido como cardo mariano. Sus frutos, en
extracto, se revelan como un excelente recurso para aliviar diferentes
afecciones que afectan a la salud hepática, pero también se muestra como un
excelente tónico digestivo y venoso.
Supone el gran recurso
de herbolario para el tratamiento de las afecciones del hígado. El cardo mariano se ha utilizado como planta medicinal
desde la antigüedad y ya Plinio el Viejo alababa sus virtudes como estimulador
de la bilis. Es también conocido como cardo lechoso, cardo lechero o cardo
lechal, milk thistle en inglés, por las venas
blancas que presentan sus hojas y que cuando son quebradas emanan un líquido
lechoso, blanco y algo pegajoso.
El apelativo de mariano pudiera atribuirse a la leyenda que explica que la
Virgen María tiñó de blanco las recias hojas de esta planta con la leche de su
pecho cuando trataba de ocultar a su hijo recién nacido de la persecución
ordenada por Herodes.
Cómo es y dónde se
encuentra el cardo mariano
El cardo mariano Silybum marianum es una planta muy robusta, que puede
alcanzar una altura de dos metros o incluso más, y tiene una vida de dos años,
momento en el cual se seca y muere. Presenta un rosetón de hojas grandes,
brillantes, manchadas de blanco, con espinas amarillentas en sus márgenes. Las
hojas superiores son más pequeñas. Desarrolla un tallo recio, con escasas
ramificaciones, que culmina en unos grandes capítulos florales, protegidos por
brácteas espinosas, arqueadas. Las flores son tubulares, de color púrpura.
Florece en primavera y
durante la primera mitad del estío. Crece en descampados, márgenes de caminos y
de vías férreas, pudiendo formar barreras a veces impenetrables. Es originario
de la cuenca mediterránea y de Asia Menor. Se ha plantado como ornamental y
como protector agrícola, y en los últimos años se han dispuesto campos de
cultivo para el aprovechamiento de sus frutos con fines comerciales.
Principios activos del
cardo mariano
Con fines medicinales se
cosechan los frutos (aquenios) del cardo mariano, que contienen las semillas en
su interior. La cosecha se realiza una vez la planta empieza a secarse, cuando
han madurado los frutos. El principal componente bioquímico del cardo y el más interesante
terapéuticamente es la silymarina, que es una mezcla de flavolignanos, como la
silibina y la silicristina.
Contiene también:
principios amargos, taninos, mucílagos, histaminas, tiramina, betaína,
trimethylglycina, ácidos grasos insaturados (oleico, palmítico y linoleico) y
vitaminas.
Propiedades
y beneficios del cardo mariano
Numerosos estudios clínicos han
demostrado la importancia de la silymarina –el principal componente bioquímico
del cardo mariano– como agente hepatoprotector (protege al hígado de agentes externos), por su capacidad
para estimular el efecto desintoxicador de las células hepáticas. Además, puede
incrementar la síntesis de la proteína hepatocytina, con lo que promueve la
regeneración del tejido hepático.
A la capacidad
hepatoprotectora del cardo mariano cabe añadir otras propiedades y
beneficios, como su efecto antiinflamatorio, antialergénico, antioxidante,
astringente –bloquea las secreciones-, venotónico –favorece la circulación
sanguínea–, hemostático –cohíbe y reduce las hemorragias-, diurético, hipoglucemiante –provoca la disminución de la cantidad de glucosa en
sangre- y colagogo –provoca la salida de bilis por la vesícula biliar–Por
contener principios amargos, se muestra como estimulante del apetito y
digestivo.
El cardo está indicado como
remedio natural de primer orden en los siguientes supuestos:
·
Tratamiento del hígado graso o esteatosis hepática, por acumulación
de triglicéridos y ácidos grasos en el hígado.
·
Tratamiento para daños hepáticos por consumo excesivo de alcohol,
en cirrosis incipientes
o moderadas. Puede normalizar los niveles de bilirrubina de los pacientes y restaurar los
tejidos dañados.
·
Intoxicaciones alimentarias por consumo de alimentos en mal estado
o por empacho, con daño hepático puntual.
·
Envenenamiento por consumo accidental de setas y
plantas venenosas. Se ha ensayado en el tratamiento de desintoxicación por
envenenamiento con la tristemente célebre Amanita phalloides, pero
no existen pruebas definitorias de su eficacia.
·
Intoxicación por absorción involuntaria de metales pesados, como
plomo y aluminio, o el mercurio de los emplastes dentales.
·
Es eficaz para aliviar las alergias estacionales, como la provocada
por el polen de las plantas, con rinitis aguda y
presencia de erupciones y urticarias. Generalmente se asocia a otro
antihistamínico como apoyo del tratamiento general.
·
Falta de apetito, debilidad, astenia, hipotensión.
·
Se toma como tónico digestivo, para combatir la pesadez abdominal y como alivio en dispepsias,
digestiones pesadas o lentas.
·
Favorece la eliminación de cálculos biliares y ayuda a prevenir su formación.
·
Prevención de infecciones respiratorias, en resfriados y episodios
gripales.
·
Se le atribuye un ligero efecto hipoglucemiante, como apoyo natural para
disminuir los niveles de azúcar en sangre.
·
Ayuda a aumentar la diuresis y favorece la desinflamación de las
vías urinarias en cistitis y prostatitis.
·
Alivio de trastornos menopáusicos, como sofocos, sudores
nocturnos y migraña,
asociado de nuevo con plantas de efectos afines como el sauzgatillo, la
milenrama, el sauce blanco o el viburno.
·
Por su poder astringente, se recomienda por vía tópica para frenar
hemorragias diversas, incluida la hemorragia nasal, quemaduras y
úlceras de la piel.
·
Desórdenes menstruales, menstruaciones abundantes o metrorragias.
·
Tiene un efecto notable como estimulante venoso y se indica para
casos de adormecimiento de dedos, pies y manos, para tratar las venas varicosas
y las hemorroides.
Precauciones
con el cardo mariano
No se recomienda tomar cardo mariano en caso de hipertensión arterial por su efecto hipertensor en pacientes que
sigan tratamientos antidepresivos. En
general no es compatible con tratamientos antidepresivos con medicamentos del
tipo IMAO –inhibidores de la monoamino oxidasa, una enzima que afecta a
determinados neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina–.
En dosis altas e inadecuadas, el
cardo puede generar un efecto laxante.
Nunca se debe proceder a la
automedicación cuando existe un problema hepático de gravedad, por lo que antes de
tomarlo cabe la responsabilidad de consultar antes con el médico especialista.
La planta fresca del cardo puede
producir irritación y erupciones de piel en personas sensibles. También debe
ser evitada por aquellas personas que hayan mostrado reacción alergia a las
plantas de la familia de las compuestas, a la que el cardo pertenece.
Por precaución elemental, no se
recomienda la toma de cardo mariano en el embarazo y el periodo de lactancia, a falta de estudios que
prueben de forma clara su inocuidad. Se había usado tradicionalmente para
tratar de aumentar la producción de leche en las madres lactantes, pero no
parece que tenga ninguna evidencia científica.
En caso de diabetes, es
necesario consultar con el médico especialista antes de iniciar un tratamiento
con esta planta.
También puede mostrar interacción con algunos fármacos, a
parte de los ya citados, como es el caso de aquellos que sufren una
modificación hepática al consumirlos: digoxina (antiarrítmico), diazepan, lorazepam,
oxazepam (ansiolíticos), atorvastatina, estatinas (medicamentos para el
colesterol), algunos antihipertensivos como el irbesartrán, tolbutamida
(tratamiento de la diabetes tipo 2), tamoxifeno (modulador selectivo de los
receptores de estrógenos) y otros medicamentos con estrógenos, etcétera.
Cómo se toma el cardo mariano
La silymarina –es decir, el componente bioquímico
más interesante terapéuticamente de esta planta– no es soluble en agua, por lo
que el uso del cardo mariano para aprovecharnos de sus efectos
hepatoprotectores se recomienda que se haga en forma de extracto, en cápsulas o
comprimidos, o bien en tintura.
Las dosis
para daños hepáticos agudos deben
contener un mínimo de 400 mg de silymarina diarios para tratamientos de seis
meses. Traducido a cápsulas de 300 mg, supone dosis de tres a seis unidades al
día, ingeridas con mucha agua, al menos 50 ml. Debe figurar el porcentaje de
silymarina en el producto.
En general se recomiendan dosis
medias de extracto con un porcentaje de 70% de silymarina, en forma de cápsulas
de 100 a 300 mg. En función de su uso terapéutico estas son las dosis
recomendadas:
·
Para las alergias respiratorias se indican dosis de extracto con concentraciones de 140 mg
de silymarina, en tres dosis diarias.
·
El extracto líquido, unas 60 gotas en tres tomas diarias,
disueltas en agua o en zumo de frutas.
·
La tintura, dosis de 50 a 80 gotas diarias, en tres dosis, entre
las comidas, no con ellas.
·
Aceite de cardo mariano, en frascos, para activar la circulación
sanguínea y como hemostático.
·
Los frutos de cardo mariano en infusión para problemas digestivos
y venosos, una cucharada de postre por taza de agua, tres vasos al día.
·
La decocción de los frutos, asociado a vid roja, meliloto y otras
hierbas venotónicas, para friegas y baños de asiento en problemas venosos.
·
La decocción, concentrada de frutos de cardo, para aplicar por vía
externa, en compresas o instilaciones en caso de hemorragias nasales y sangrados leves.
Fórmulas herbarias con cardo mariano
Fórmula hepatoprotectora
Sirve para reducir la inflamación
hepática y regenerar los tejidos dañados.
·
Ingredientes: cardo mariano (frutos), alcaravea (frutos),
centaura menor (sumidades), boldo (hojas) y menta (sumidades). Una cucharada
sopera rasa de la mezcla a partes iguales por cada taza de agua.
·
Preparación: se mantiene en agua durante toda la noche y
se cuela al día siguiente.
·
Dosis: se deben tomar dos vasos o tres al día, en
ayunas. Se puede guardar una noche en la nevera, ya no más.
Fórmula para el hígado graso y
como descongestionante hepático
·
Ingredientes: extractos líquidos de cardo mariano,
alcachofera, fumaria y genciana amarilla. 30 ml de cada.
·
Preparación: mezclar los extractos, remover bien.
·
Dosis: para adultos, unas 40 gotas diarias, en tres
dosis, en ayunas.
Fórmula ginecológica
Destinada a normalizar la
menstruación en mujeres jóvenes, en menstruaciones abundantes, anemias y falta
de vigor.
·
Ingredientes: cardo mariano, ortiga, artemisa y bolsa de
pastor, más anís estrellado. Tres cucharadas soperas de la mezcla a partes
iguales por 1 litro de agua.
·
Preparación: se hierve 1-2 minutos, se deja que repose 10
más y se filtra. Se le puede añadir miel para mejorar el sabor.
·
Dosis: puedes beber a lo largo del día, en dosis
pequeñas, desde los 9 días previos a la llegada del periodo.
Fórmula antihemorrágica
En baños para frenar hemorragias
nasales y aliviar úlceras de la piel.
·
Ingredientes: cardo mariano, cola de caballo, alfalfa,
hojas de roble albar y raíz de bistorta. Cuatro cucharadas de la mezcla por
litro de agua.
·
Preparación: hervir 3-4 minutos, dejar que repose 5 más y
colar.
·
Aplicación: una vez se ha enfriado la decocción, se
empapan unas compresas o trozos de algodón, y se disponen sobre las cavidades
nasales que sangran, manteniendo la cabeza ligeramente hacia atrás.
Otros usos del cardo mariano
Otros usos del cardo mariano
Antiguamente era tradición
valerse de los grandes capítulos florales del cardo mariano para cuajar la
leche. Igualmente, el aceite vegetal bio de cardo mariano se emplea en
cosmética como un protector de la piel, en caso de picaduras de insectos y para tratar las pieles grasas e irritadas.
Artículo de webconsultas
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