CÓMO COMBATIR EL ESTREÑIMIENTO
El estreñimiento se
presenta como un retraso en el vaciado intestinal caracterizado por
una frecuencia defecatoria inferior a tres veces por semana. Además,
puede producirse un aumento de la consistencia de las heces e incluso
la necesidad de un mayor esfuerzo en la evacuación. Pese que suele
afectar más a ancianos y a mujeres, se ha convertido en un problema
habitual en los países desarrollados debido a que la alimentación
occidental se caracteriza por un bajo aporte en fibra. Escoger la
dieta adecuada será pues parte fundamental del tratamiento del
estreñimiento.
Reducir
el tiempo de tránsito intestinal será
uno de los principales objetivos del tratamiento de esta dolencia,
siendo la introducción de fibra en la alimentación la opción más
recomendable en el estreñimiento habitual. El objetivo será
aumentar el volumen fecal de forma que estimule los movimientos
intestinales (peristaltismo intestinal) y se aumente, así, la
frecuencia defecatoria.
El uso
de laxantes puede
ser útil en momentos muy puntuales, pero no debería ser el
tratamiento de elección, puesto que de esta manera no se está
educando al intestino, sino que se provoca un vaciado de forma
traumática que puede eliminar también la microbiota (flora)
intestinal y dañar las microvellosidades del intestino. Un abuso de
laxantes incluso puede incrementar el estreñimiento, ya que el
intestino únicamente responde al estímulo de estas sustancias.
Otros efectos negativos del abuso de laxantes son la deshidratación,
edema y deterioro de la función intestinal. Existen casos de
estreñimiento que no responden al aumento de fibra, por lo que
deberán ser estudiados por personal facultativo.
El
tratamiento dietético del estreñimiento habitual se caracteriza por
un aumento en el aporte de fibra alimentaria, así como de líquidos,
principalmente agua. La fibra es un componente de los alimentos
vegetales que nuestro sistema digestivo no puede digerir, por lo que
es expulsada con las heces. Existen diferentes tipos de fibra,
soluble e insoluble, y ambas juegan su papel en el tratamiento del
estreñimiento.
Los
alimentos integrales, es decir, no refinados, junto con los frutos
secos y frutas desecadas, legumbres, frutas, verduras y hortalizas,
son los que ayudarán a incrementar el aporte de fibra en la
alimentación. Sin embargo, es importante no olvidar beber suficiente
agua para que la fibra se hidrate y ejerza su función, que es la de
aumentar el volumen del bolo fecal.
Además
de la fibra, el consumo de alimentos probióticos puede ayudar a
regularizar el tránsito intestinal, así como los prebióticos,
componentes que provienen de la fibra, y que son también
interesantes para ayudar a combatir el estreñimiento.
CONSEJOS
PARA AUMENTAR LA INGESTA DE FIBRA
Aquí
tienes algunos consejos para incrementar la ingesta de fibra en tu
dieta diaria habitual:
- Consumir al menos tres piezas de fruta al día: siempre es más recomendable consumir la pieza entera de fruta en lugar de en zumos, ya que éstos son pobres en fibra. Si es posible, consúmela con piel, pero siempre bien lavada.
- Los frutos secos tienen un contenido interesante en fibra: consumir un puñadito (con la mano cerrada) al día puede complementar el aporte de fibra diario, además de aportar grasas saludables.
- Incluye de dos a tres raciones de verduras al día: en los primeros platos (pastas, arroces, legumbres), guarniciones (ensaladas, salteados, verdura al horno…), en los bocadillos (tomate, lechuga), o como primer plato (ensaladas completas, purés de verdura, panachés, revueltos…)
- Escoge legumbres dos veces a la semana: son muy ricas en fibra y si las preparas con verduras estarás añadiéndole una cantidad adicional de fibra al plato.
- Toma los cereales y sus derivados integrales pan, arroz, pasta, galletas, cereales de desayuno… Es importante que incluyas estos alimentos de forma diaria.
- Añade salvado o semillas de lino a las ensaladas, cereales de desayuno o yogures.
CONSIDERACIONES A TENER EN CUENTA
Al
aumentar la ingesta de fibra hay una serie de puntos que
conviene no olvidar:
- No olvidar la ingesta suficiente de agua. El cuerpo necesita alrededor de dos litros de agua al día, que proviene de los alimentos que consumimos y de las bebidas que tomamos. Beber al menos un litro de agua diario (unos cuatro vasos), ayudará a que la fibra trabaje en nuestro intestino.
- Cuando se incrementa el consumo de fibra, pueden producirse algunos efectos indeseables hasta que el organismo se habitúa, como son gases y distensión abdominal. Por eso es recomendable introducirla poco a poco, comenzando, por ejemplo, con las frutas y verduras, posteriormente aumentando el consumo de legumbres, luego el de alimentos integrales, etcétera.
- Otro de los efectos indeseables de la fibra es la disminución en la absorción de algunos minerales en el intestino. Estos minerales quedan retenidos y son eliminados con las heces, de ahí la importancia de separar la ingesta de suplementos de minerales y fibra durante el día.
- El estilo de vida también puede afectar al tránsito intestinal. El estrés o el sedentarismo son factores de riesgo que deben evitarse ya que se ha visto que también pueden facilitar la aparición del estreñimiento.
Escrito por Raquel Bernácer, Dietista-nutricionista
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