Translate

miércoles, 6 de enero de 2016

LA MEJOR VERDURA: CÓMO Y DÓNDE PUEDES COMPRARLA


Cómo comprar verdura


¡Al rico tomate!, ¡Qué frescas están hoy las judías!, ¡Compren champiñones, recién sacados de la tierra!, así podría seguir gran parte del artículo, porque las fruterías de los mercados de barrio, tienen algo especial. El género se cuida y se coloca como si fuera único y valioso. Sólo se elige lo mejor y, por eso, si quieres algo específico, ten por seguro que te darán lo que más se ajuste a tu bolsillo y a tus necesidades, y además, seguro que te llevas un chiste, un piropo o un comentario gracioso ¡gratis! Así es la vida de barrio.
Es verdad que mucha gente, especialmente los jóvenes, no están acostumbrados a comprar en estos puestos y les puede dar cierta vergüenza, pero es cuestión de ir un par de veces y observar lo que hace la gente, seguro que repetís.
Otra opción, igual de buena es comprar en un supermercado o gran superficie. Es más impersonal, pero tiene la ventaja de que podrás elegir las verduras a tu gusto, mirar con tranquilidad y comparar sin presiones. Miras, tocas, lo metes en la bolsa, te lo pesan, le ponen el precio y a otra cosa, mariposa. También es cierto que para la gente que vive sola, o la que no es muy dada a tomar verduras (que no me entere yo…) es más fácil este sistema, ya que se puede elegir una unidad o dos, sin que te miren como si fueras un bicho raro.

Elige las verduras de temporada
Esto es un dato importante, ya que ahora con la mecanización de la industria es fácil encontrar tomates en enero o acelgas en junio, pero a no ser que quieras que tu bolsillo grite de desesperación cada vez que vas a comprar, ten en cuenta las ventajas de las verduras de temporada:
·         Su forma de cultivo ha sido la natural, es decir, desde la tierra y con la luz del sol no en invernadero y bajo condiciones artificiales.
·         Tienen más vitaminas y minerales y, por lo tanto, más antioxidantes, propiedades muy beneficiosas para el organismo al evitar el envejecimiento prematuro de nuestras células y promover su juventud.
·         Son más baratas. Esto es porque no se necesitan gastos extras de transporte o cultivo para obtenerlas.
·         Ayudas al agricultor local y a la riqueza de tu localidad. ¿Por qué gastar dinero y tiempo en traer un alimento fuera de temporada cuando nuestra tierra y clima local nos ofrece otros




Fíjate en el aspecto de la verdura
A la hora de acudir a comprarlas, es fundamental que nos fijemos en su pinta, en el aspecto externo que nos entra por los ojos. Para ello, fíjate en que:
·         Los productos deben venderse enteros, sanos, limpios, sin humedad, olores, colores o sabores extraños.
·         En las verduras que tengan hojas (puerros, lechugas, espinacas, alcachofas, acelgas…) evita las que estén amarillentas, blandas o las que tienen hojas rotas. Piensa en las hojas de una planta cualquiera y cómo te gustaría que estuviesen, tiernas, intactas y de color verde uniforme y brillante.
·         Las más blandas, tipo berenjena, remolacha o tomate, deben ser pesadas y tener la piel lisa y sin defectos. No aceptes los géneros que estén demasiado blandos, con partes hendidas o con manchas marrón oscuro en la piel.
·         Las que son más duras como el calabacín, el pepino, la zanahoria o las patatas deben tener la piel firme, sin magulladuras y con un color vivo. Rechaza las que tengan cortes, arrugas, los extremos marchitos o demasiados brotes. En el caso de los espárragos, tienen que tener las puntas cerradas y las yemas compactas, su tallo debe ser tierno y de color verde brillante. No compres los que tienen las puntas abiertas o extendidas o los tallos con estrías o con tierra entre las escamas del tallo.
·         Las que tienen flores, como la coliflor, el repollo o el brócoli, éstas deben ser pequeñas y compactas (que no estén muy abiertas). Su tallo no debe ser demasiado grueso o duro. Si tienen manchas, partes blandas o acuosas, deséchalas.

Cómo conservar las verduras en casa
Sabemos que no es fácil conservar durante mucho tiempo las hortalizas al tratarse de alimentos muy perecederos, pero si quieres aumentar el tiempo de conservación, aquí tienes unos trucos muy valiosos:
·         Parece obvio, pero no compres más de lo necesario. Limítate a la lista que has hecho en casa y no te dejes tentar. No hay nada peor, que tener que tirar alimentos sin tocar porque se han estropeado.
·         Si has comprado verduras sueltas y te las han puesto en una bolsa o ya vienen en un envoltorio de plástico, al llegar a casa, perfora la bolsa o sácalos para que no se condense la humedad y puedan seguir respirando; recuerda que son seres vivos.
·     
  

          Al contrario que muchas de las plantas que tienes por casa, las verduras no necesitan la luz para mantenerse. Guárdalas en un lugar fresco, pero no muy frío, esto es en la parte más baja de la nevera o en los cajones y alejados de la luz. Así te pueden aguantar entre cuatro días y una semana.
·         ¡Las verduras se pueden congelar! Si haces bien el proceso, sus nutrientes permanecerán y podrás aprovecharlas hasta seis o doce meses después, según el tipo de verdura. Las más adecuados para congelar son: las zanahorias, las coles de Bruselas, los espárragos, las alcachofas y las espinacas. Primero, límpialas bien, elimina las partes que no sean comestibles, trocéalas, escáldalas sumergiéndolas en agua hirviendo y escúrrelas bien. Para descongelarlas, cocínalas sin descongelar y con poco agua para que no pierdan sus nutrientes. Puedes hacerlas al vapor, a la plancha o al microondas.

Otras formas de consumir verdura
No todo es arrancarlas del suelo y comérselas tras limpiarlas (es un decir), hay otras maneras de consumir la verdura:
·         Encurtidas: con este nombre tan extraño no es raro que no las reconozcas, pero seguro que las has tomado más de una vez. Son aquellas verduras que se conservan en vinagre y sal, por ejemplo, los pepinillos, mazorcas o cebolletas. ¿A qué ahora sí te suenan?
·         En conserva (mejor en  vidrio): son verduras que ya han sido cocidas previamente a altas temperaturas, por lo que puedes tomarlas sin necesidad de cocinado, sólo calentar y listo. Si te sobran, guárdalas en la nevera y sumergidas en el líquido donde vienen. Eso sí, evita las latas hinchadas, rotas, abolladas o con mal olor o sabor.
·         Verduras de cuarta gama: no vienen de la tercera dimensión ni nada por el estilo. Se denominan así a las hortalizas que ya vienen preparadas para nuestro consumo, es decir, aquellas que han sido limpiadas, lavadas, peladas, cortadas y envasadas. Por ejemplo, las famosas bolsas de lechugas, espinacas o bandejas de zanahorias, puerros, apio, champiñones, etcétera. Su conservación en la bolsa viene determinada al eliminar el oxígeno e introducir nitrógeno. Una vez abiertas, no durarán mucho al perder este novedoso método de conservación, consérvalas en frío y tómalas lo antes posible.



 Fuente: Adriana Hernandez en webconsultas

No hay comentarios:

Publicar un comentario