PERIOSTITIS
La periostitis tibial se produce por la inflamación de la
membrana que recubre el hueso de la tibia, el periostio, formado por dos capas:
la externa, compuesta por tejido conectivo concentrado de tejido vascular,
fibroso y resistente, encargado de nutrir y dar sensibilidad al hueso; y una
segunda interna, encargada de renovar la estructura ósea.
La inflamación del
periostio afecta al tercio anterior de la cara anterointerna de la tibia. En la
mitad de los casos que se produce una periostitis, la lesión afecta a ambas
piernas de manera simultánea.
¿Quién sufre la periostitis?
La aparición de la
periostitis es común entre los deportistas enfocados a las carreras de
velocidad o de resistencia. Profesionales o no, estos atletas cargan gran parte
de su peso e impulso sobre las rodillas y la parte inferior de la pierna,
generando un mayor esfuerzo y reiteración en esta zona locomotora del cuerpo.
Aunque es más frecuente
entre los corredores de fondo o largas distancias, también puede darse entre la
población que practica running en circuitos urbanos,
parques o caminos agrarios.
Causas y
síntomas de la periostitis
Diversos factores, todos
ellos deportivos, provocan la inflamación del periostio tibial. En primer lugar, la
periostitis puede producirse por un esfuerzo excesivo durante un periodo
continuado en el entrenamiento deportivo. Los cambios de terreno sobre los que
se realice la actividad física o la sustitución de unas zapatillas desgastadas por otras nuevas sin
haberlas adaptado aún a la estructura del pie, también pueden precipitar la
aparición de un leve dolor localizado que, días más tarde, terminará afectando
a media pierna.
Otra de las posibles
causas de periostitis son las vibraciones al pisar, que pueden
llegar a multiplicar por tres el impacto sobre las extremidades inferiores en
relación con el peso de quien está realizando la actividad.
Además, las sobrecargas
musculares derivadas de la falta de reposo y el sobreentrenamiento en cuestas y suelos
irregulares, la descompensación muscular, la excesiva rotación de cadera y las
deficiencias biomecánicas de cada individuo al caminar, pueden ocasionar una
carga superior del peso sobre una de las dos piernas y precipitar una
periostitis tibial.
Síntomas de la periostitis
Los síntomas de la
periostitis tibial tienden, por norma general, a aparecer en pleno desarrollo
de la actividad física como un leve dolor o quemazón que irá aumentando
progresivamente conforme lo haga el esfuerzo. Cuando al dolor se le añade una
tensión muscular excesiva, el deportista se verá obligado a cesar el desarrollo
del entrenamiento al sentir rigidez y calambres en la zona con el simple apoyo
de los pies en el suelo.
En la exploración
encontraremos una serie de puntos de dolor muy localizados en la cara
anterointerna de la tibia.
Tratamiento y recuperación de la periostitis
La palpación de la zona tibial
por parte de un especialista permitirá la identificación exacta de la parcela
dolorida o algún tipo de irregularidad ósea. Una vez identificada la lesión por
periostitis, el tratamiento comienza con una disminución de la
carga en la actividad física, reduciendo la intensidad del ejercicio y evitando
cualquier entrenamiento de tipología fraccionada o de cualquier trabajo físico
marcado por ritmos.
Vendar la zona dolorida con
esparadrapo estático no elástico contribuye a atenuar la vibración de las
extremidades inferiores en el impacto del pie contra el suelo. La aplicación de
hielo durante veinte minutos o media hora –con protección de la parte afectada
por una tela– puede hacer disminuir las molestias tras un breve trote.
La realización de TERAPA
NEURAL con MEDICINA BIORREGULADORA es la
forma más rápida de recuperar la lesión sin efectos secundarios ni necesidad de
acudir a los corticoides.
La fisioterapia también puede ser
de ayuda en el tratamiento de la periostitis.
En el caso de que el dolor
persista habrá que descartar mediante pruebas radiológicas cualquier tipo de
complicación. La resonancia magnética de alta resolución de 3 teslas permite
mayor precisión en el diagnóstico, sobre todo para el cuadro más importante con
el que puede confundirse, que es la fractura de estrés de la tibia.
Consejos para prevenir la periostitis
Consejos para prevenir la periostitis
La realización de un estudio
biomecánico de la pisada puede orientar a la hora de adquirir el material
deportivo adecuado (zapatillas) y la utilización o no de plantillas ortopédicas
específicas con el fin de prevenir la periostitis tibial y otras molestias
similares.
Ejecutar, antes de cada
estiramiento previo a la actividad deportiva, una entrada en calor, contribuye
a la preparación de los músculos para un estiramiento y entrenamiento más
eficaz.
Igualmente, fortalecer de manera
progresiva el tono muscular evitando la práctica deportiva en terrenos de suelo
irregular y las competencias con sobrecargas derivará en unos músculos más
resistentes y menos propensos al sufrimiento de lesiones como la periostitis.
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