Un grupo de investigadores han descubierto actividad antimicrobiana en los depósitos de arcilla naturales de la costa central de British Columbia, Canada. El estudio muestra que la arcilla puede destruir patógenos bacterianos resistentes a las infecciones adquiridas en el hospital.
La arcilla Kisameet (foto, Kisameet Glacial Clay), llamada así por una bahía cercana, se ha utilizado durante muchos siglos para tratar tanto las dolencias de la piel como las cutáneas. En 1940 los médicos de Vancouver utilizaban la arcilla para tratar la colitis ulcerosa, la úlcera duodenal, la artritis y las quemaduras. Sin embargo, a partir del momento en que los antibióticos estaban disponibles, el remedio natural se olvidó.
“Está claro que necesitamos nuevos agentes antimicrobianos”, afirma Julian Davies, un microbiólogo de la Universidad de British Columbia de Vancouver e investigador principal del estudio. “Durante los últimos años hemos desarrollado pocos agentes antimicrobianos pero aparecen cada vez más cepas resistentes a varios fármacos debido al abuso de los antibióticos”.
Davies y uno de sus alumnos, Shekooh Behroozian, querían determinar si la arcilla realmente tenía propiedades que pudieran combatir los microbios. Utilizaron 16 cepas bacterianas recogidas de varios hospitales locales. Behroozian probó una solución diluida en la arcilla para determinar si había actividad antibacteriana contra estas cepas.
Tanto los extractos de arcilla basados en agua como los basados en disolvente mostraron actividad antibacteriana. Estos extractos también destruían la Candida albicans, un patógeno levaduriforme y prevenían la formación de biopelículas producidas por Staphylococcus aureus yPseudomonas aeruginosa.
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